10 tips financieros para estudiantes universitarios



Ahora que estás en la universidad, es probable que estés a cargo de tus propios asuntos financieros más que cuando vivías en casa y funcionabas principalmente como parte del universo económico de tus padres. Ciertamente, tienes más libertad para decidir dónde y cómo gastar el dinero, especialmente si mamá y papá están a muchos kilómetros de distancia.

Pero junto con esa libertad viene la responsabilidad de gastar el dinero sabiamente. Así es cuando estás solo: puedes decidir. Y también puedes experimentar las consecuencias de tus elecciones, tanto buenas como malas .

A continuación se ofrecen algunos consejos que le ayudarán a mantenerse en buena situación financiera mientras se embarca en su carrera universitaria:

1. Toma el control y sé responsable.

Desafortunadamente, es demasiado fácil descuidar tus finanzas cuando hay tantos otros desafíos que enfrentar y ajustes que hacer con respecto a la vida universitaria. Pero simplemente no puedes comenzar tu edad adulta con malos hábitos monetarios, y la universidad es un excelente lugar para que decidas hacerte cargo de tu economía personal y ser responsable con tu dinero.

Incluso si tus padres continúan pagando algunas de tus facturas (matrícula, alojamiento y comida, por ejemplo), debes elaborar un plan con ellos para pasar tus otros gastos a tu control. Necesita contar con una estrategia financiera sólida y bien pensada desde el primer día, con usted a la cabeza.

2. Crea un presupuesto.

Esto es esencial. Debe determinar la cantidad de dinero que fluye hacia usted de todas las fuentes: padres y familiares, ayuda financiera y becas, préstamos estudiantiles y cualquier ingreso de su propio empleo. Luego tienes que estimar tus gastos: libros, facturas, artículos de tocador, entretenimiento, etc. Pon todas las categorías y números en una hoja de cálculo, y trata de que todo esté equilibrado, dejando un poco de sobra para emergencias y, si es posible, para ahorros. Existen herramientas en línea para ayudarle con este paso.

Ahora tienes que comprometerte a ceñirte a tu presupuesto. Desviarse de su plan financiero frustra su propósito y corre el riesgo de endeudarse . Entonces, cuando sientas la necesidad de gastar impulsivamente, particularmente en algo que realmente no necesitas, regresa y revisa el presupuesto. Deja que sea tu guía y maestro. No pongas en peligro tu carrera universitaria creando un agujero del que no puedas salir.

3. Organízate.

Configure su estructura financiera. Abra una cuenta bancaria o únase a una cooperativa de crédito para poder emitir y cobrar cheques, usar una tarjeta de débito, tener acceso a un cajero automático, realizar depósitos y abrir una cuenta de ahorros. Busque la mejor oferta y compare tarifas. Los bancos constantemente crean nuevos cargos por servicios que alguna vez fueron gratuitos. Haga preguntas y obtenga respuestas sobre protección contra sobregiros, banca en línea, saldos mínimos, etc.

Muchas universidades tienen sus propios sistemas para pagar los eventos del campus y la comida de la cafetería. Determine la mejor y más conveniente forma de configurar y financiar sus diversas cuentas, tanto dentro como fuera del campus. Asegúrese de tener un método confiable que funcione para usted y le permita acceder a su dinero en todo momento.

4. Lleve un registro.

Crea una rutina para ti que incluya una contabilidad periódica de tus finanzas. Si mantiene registros cuidadosos de lo que ha pagado y de lo que le queda en su(s) cuenta(s) para cubrir el resto de sus gastos mensuales, pronto tendrá una idea muy clara de su situación financiera.

Este autoconocimiento financiero es clave para mantener el rumbo. No es que tengas que conocer cada detalle hasta el último centavo, pero tener una buena idea de cuándo puedes ir al cajero automático para conseguir unos cuantos dólares extra y cuándo tienes que controlar tu apetito por una comida cara fuera del campus, hará tu vida más tranquila y te permitirá preocuparte por asuntos más importantes, como tus calificaciones.

5. Utilice el crédito con prudencia.

Si no ha conocido una tarjeta de crédito hasta ahora, o no tiene la suerte de tener una tarjeta de mamá y papá con un límite de gasto generoso, este puede ser un buen momento para comenzar a comprender los beneficios y responsabilidades de crédito. Primero, recuerde que una tarjeta de crédito es un préstamo, no dinero gratis. Eso significa que cualquier saldo que acumules debe ser reembolsado. Si no paga su factura en su totalidad y a tiempo, acumulará cargos por intereses y cargos por pagos atrasados, además del capital. Y antes de que te des cuenta, podrías estar tratando con agencias de cobranza . Así que no sea descuidado con el uso de tarjetas de crédito o con el pago de facturas. Los costos pueden aumentar rápidamente.

Busque la mejor oferta comparando tasas de interés y no se apresure al firmar en la línea de puntos. Los prestamistas suelen ofrecer tasas introductorias bajas que suben vertiginosamente en cuestión de meses para atraer al prestatario sin educación, así que lea la letra pequeña.

Comience con una cuenta que tenga un límite bajo y úsela con moderación al principio, recordando pagarla en su totalidad cada mes. De esta manera, estarás estableciendo un historial crediticio sólido que continuará durante toda la universidad y más allá, y que puede beneficiarte cuando busques un auto nuevo o tu primera casa.

6. Consigue un trabajo.

Sí, la universidad implica mucho trabajo. Tienes una gran cantidad de cursos, trabajos finales que redactar y mucho estudio que hacer. Y, por supuesto, también mereces tiempo libre para socializar y disfrutar de actividades extracurriculares. Pero el dinero que puedes ganar trabajando a tiempo parcial mientras estás en la escuela puede en realidad proporcionar una gran parte, si no la totalidad, de tus fondos discrecionales. Además, no hay nada que se compare con la autoestima que obtendrás al ganar tu propio dinero.

La mayoría de las universidades tienen programas de estudio y trabajo que te permiten crear un horario de trabajo en función de tus estudios. El salario no suele ser tan bueno, pero tampoco el trabajo es tan duro. Es posible que termines pidiendo dólares para el fondo de antiguos alumnos, apilando libros en la biblioteca o atendiendo la oficina de tu dormitorio durante unas horas por la noche y los fines de semana.

Busque trabajos a tiempo parcial en restaurantes o comercios minoristas fuera del campus. Si trabaja durante los veranos, asegúrese de guardar parte de esos ingresos para usarlos durante el año escolar. También podrías acostumbrarte a trabajar y ahorrar. Lo harás por el resto de tu vida.

7. No compres cosas nuevas.

No es necesario comprar un libro de texto nuevo si puede encontrar uno usado a un precio muy reducido. Si tiene que comprar uno nuevo, recuerde que los precios del campus casi siempre son más altos que los de los minoristas en línea como Amazon. Hoy en día, también puedes pedir libros electrónicos para un lector electrónico o una computadora portátil y ahorrarte la diferencia entre el texto virtual y el real.

Además, recuerda que si te mudas a un dormitorio, alguien más se mudará. Tal vez puedas conseguir un refrigerador o una cafetera usados ​​de alguien en el campus. El reciclaje ayuda al medio ambiente y ahorra dinero.

Si vives fuera del campus, olvídate de comprar los últimos muebles de diseño sueco. Hay tiendas de segunda mano que pueden amueblar tu piso de estudiantes con la misma facilidad. Y se sorprenderá de las excelentes cosas que puede conseguir en una venta de garaje. El punto es que este es el momento de la vida para reducir sus gustos sofisticados y optar por lo simple y económico.

8. Protégete.

Sea particular cuando se trata de su dinero. No dejes dinero tirado por ahí. Sea escéptico con sus compañeros de clase, amigos u otras personas que quieran pedir dinero prestado o que tengan grandes ideas sobre cómo debería gastar el suyo. Tenga cuidado con el robo de identidad, especialmente si compra o realiza operaciones bancarias en línea. Piense en reenviar el correo financiero a la casa de sus padres.

Espere lo inesperado manteniendo una reserva de dinero en efectivo en un lugar seguro para emergencias. Y no se deje atrapar por tener que pagar tarifas por libros vencidos de la biblioteca, multas de estacionamiento y cosas por el estilo.

9. Busque formas de gastar menos.

Aproveche los descuentos para estudiantes de empresas locales. Busque en línea ofertas para estudiantes en viajes, comida, libros, ropa, entretenimiento, etc. Recorte cupones antes de ir de compras y compre productos genéricos siempre que sea posible. No gastes dinero extra en comida, especialmente en comida rápida, si tienes un plan de alimentación. Espere a que el próximo éxito de taquilla pase al DVD y tómelo prestado de la biblioteca. Tarde o temprano, todas las películas son gratuitas. No gastes demasiado en tu plan telefónico: usa Skype para llamar a casa.


10. Entretenga con un presupuesto limitado.

Hay muchas maneras de pasar un buen rato en la universidad sin tener que gastar mucho dinero. De hecho, muchas actividades universitarias son gratuitas para los estudiantes porque probablemente ya se haya incluido una tarifa general por actividad estudiantil en el pago de la matrícula.

Establezca límites a sus gastos en salidas nocturnas y citas, y no se deje intimidar creyendo que tiene que demostrar algo con la cantidad de dinero que derrama sobre sus amigos. No hay nada malo en divertirse, pero recuerda por qué estás en la universidad. Salir de fiesta en exceso puede reducir su GPA y su cuenta bancaria.

Los buenos hábitos financieros que comience a practicar en la universidad le serán de gran utilidad durante sus años allí y hasta bien entrada su vida de posgrado. Haga que aprender a usar el dinero de manera inteligente sea parte de su educación universitaria.


FUENTE: https://www.debt.org/

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